Dispuesto a sentir, no a admitir.

Se detiene de la nada analizando cada una de esas palabras. Separa sus labios de su cuello, volviendo a su postura anterior a la altura de el. Desliza su mano hasta su mejilla, acariciando suave con su pulgar ahí. - Mírame.. - Pide casi incapaz, vulnerable.

Levanta apenas la cabeza, para volver a bajarla. - No hay nada que ver. - Vuelve a desplomarse en el sillón, pesadamente.

- Mírame Scorpius.. - Repite casi suplicante, sin alejar su mano.

Niega, torpe. Encaprichado, como solo un niño mimado lo haría.

- Porfavor.. - No suplica pero casi llega a eso con la poca paciencia que le queda.

-No entiendes que no voy a hacerlo! - Grita, con su voz profunda y grave, pausada. Esa tortura de su voz y sus caricias no dejaría de perseguirlo.

- Lo harás así tengas que hacerlo por la fuerza porque estoy aquí, soy real... - Murmura con una tranquilidad realmente envidiable.

-La conciencia no es real, es esa mierda que te hace sentir culpable - Aún con el tono de voz alto, golpea el sillón, sin importarle nada.

- La conciencia no es real pero yo si lo soy, Rose Weasley si es real y está aquí junto a tí - Explica lo màs convincente posible pero sin querer parecer tan dura.

-No, claro que no.. - Le da la espalda, sin abrir los ojos. Es un niño cerrado, y dan ternura sus acciones. Aunque más allá de eso, sentía dolor por dentro.
Ya comenzaba a sospechar de esa voz tan real, pero, no quería admitirlo.

Muere por dentro al verlo así, se muerde fuerte el labio inferior. - Si, claro que sí. Admítelo, sabés que estoy a tu lado.. - Susurra segura de ello, deslizando su mano por su espalda.

-No, yo lo pienso - Sinceramente le daba miedo darse vuelta, para confirmar el hecho de haberle dicho todo lo que dijo.

Pasea su mano llevándola a su pecho, justo del lado de su corazón dejándola ahí. No llega a abrazarlo y tampoco pretende eso, solo quiere que se de cuenta de que ella si existe y que está justo a su lado. - Porfavor mírame Scorpius - Pide una ves màs, firme y casi autoritaria.

-No veo ventaja alguna.. - Musita, casi en un susurro.

- No quiero tener que hacer que me mires, no te comportes como un niño.. - Se mantiene firme en su posición, con su mano en su pecho aún.

-Yo no soy un niño.. - Dice, frunciendo los labios, ya siendo el jodido orgulloso de siempre.

- Volteas por las buenas o por las malas - Advierte seria.

-Y qué me haras.. - La prueba, sabiendo que si se da vuelta, él no va a controlarse. No va a perder oportunidad de nada.

Junta ambas manos en su espalda, tomando fuerzas para voltearlo y que la mire porfin.

En parte se deja, tenía que admitirlo. La mira a los ojos, frío. De la misma manera que la había mirado en el comedor. Había algo más, orgullo aplastado tal vez?

Mantiene su mirada, penetrante y detallista, queriendo decifrar su mirada sin querer encontrarse con ese lado frío. - Soy real - Susurra.

- Lo sé.. - Murmura, a desgana. No sabe si irse de allí, no sabe si no hablarle más perdiendose en sus ojos, o si se la desnuda allí mismo

- Si tienes algo que decir o algo por hacer, aprovecha este momento porque no voy a irme - Susurra concediéndole todo su tiempo, dulce. Cuando dice eso no piensa en nada pervertido, pero no se negaría demasiado tampoco.

Se rie, mirando hacia el techo. - No Rose, no voy a hablarte, ni tocarte un pelo siquiera.. - Musita, nada convencido, incorporandose agil.

- ¿Desde cuando soy Rose en vez de Weasley? - Pregunta tranquila ante ese cambio en el. Sabe que el no está convencido de sus propias palabras.