Oh darling! Please believe me ..

Frío, mucho frío. Aquel lugar en pleno invierno, era un verdadero congelador. Estaba algo abrigada, por suerte aquella túnica de invierno era más gruesa de lo que esperaba. Se acomodó en su lugar, sentada contra una pared enfrente de la entrada a la sala común, y a unos varios metros de la sala de pociones, viendo como los aprendices seguían perdiéndose en el enorme castillo.

Niega con su cabeza un par de veces, suavemente. ¿Así se veía ella cuando comenzó?

James amaba con locura el invierno glacial y húmedo de Londres, no por que se clavara en sus huesos, si no por que era el clima más extremo para los deportes mágicos y a él le gustaba arriesgar su vida, llevarla al límite a cada momento. Era quizás él único personaje que caminaba por Hogwarts con una sonrisa de suficiencia, bastante satisfecha con aquél sombrío clima.

Se topa con un par de alumnos de primero entrando a la sala de pociones. Hora del show.- Correos, escoria. El rey va pasando .- habla alto, asustando a los pequeños. No faltó el cual se paró en frente del moreno de ojos claros para bajarle los humos. Y ahí fue cuando Potter sonrió con picardía y malicia. Agitó su varita y el muchacho terminó con los pantalones abajo.- Como decía, apartaos que el rey va pasando ...- baja el tono, irónico.

Ni siquiera tiene que levantar la vista para reconocer aquella inconfundible voz, y más con aquellas tonterías que andaba develando a los cuatro vientos. Ella estaba segura de que era la única persona que podía estar de esplendido humor en días así fríos. Marcando semejante presencia , ¿Quién no se daría cuenta que era James? Revoltoso por donde pasara, pocas personas podían bajarle los humos al Potter mayor.

- Tu siempre tan útil.. - Le dice con gran ironía. Nunca lo encontraría en la biblioteca o en el aula de clase haciendo algo productivo. Siempre que lo cruzaba, estaba mandándose de las suyas, o en dirección. Es por eso que se llevaba mejor con Albus, estaba más centrado y las niñerías no eran lo suyo.

Pasa a través de los chicos con suficiencia, Éstos no le llegaban más arriba del hombro.
Su mirada era intensa y explosiva, la gloria en sus ojos. Le gustaba hacer ese tipo de demostraciones. Eran necesarias para marcar terreno, su terreno. Hogwarts era de él. Todo estaba bajo su mando y era bueno hacérselo saber a los nuevos.

Su seguridad fue apenas opacada por una voz de fondo que arrastraba palabras, bastante irónica y malhumorada, digna para recibir un "bombazo Potter", como autodenominaba a joder a la gente que intentaba acabar con su buen humor y que querían apagar su ego.

Ya sabes, alguien tiene que hacer el trabajo sucio. Además me gusta hablar con la plebe. Me hace ser un rey más cercano a la gente. ¿Tú que opinas, humilde y desdichada plebeya?.- Se acerca a su rubia prima y extiende una de sus manos, con un par de anillos en ésta, para que ella la bese. Agrandado

Oh si, iba a dejar que la ridiculizara adelante de todos aquellos niños y todo. Si Potter, sueña! Si bien, sabía que lo hacía con la única intención de molestar a todo ser viviente que respirara el mismo aire que él; le molestaba. Su actitud, le jodía de sobre manera, sobre todo cuando de joderla a ella se trataba.

Toma su mano y se la tuerce. No, no era ninguna dama cuando de trato con sus primos se trataba. Pulseadas con Albus la habían sacado bastante buena, hasta le había ganado un par de veces. Además, tenía fuerza de por sí, su madre le había contado sobre el torneo de los tres magos y ella había quedado fascinada, con la meta de poder participar.

- Sabes, querido James, no sé a quién te refieres con "humilde y desdichada plebeya" .. - No le suelta la mano, simplemente lo mira fijo, con aquella mirada azul, fría como el mismo invierno en el que estaban, y dura, imposible de atravesar. - Pero te recomiendo que no me uses de blanco, porque te haré bajar tus aires de rey en un santiamén - Termina con su advertencia y lo suelta de lo más tranquila, sin alterar su estado de ánimo en ningún momento.

No va a mentir, le dolió un montón y más que ella le torciera la mano. Le dolió más su ego que nada, por que aunque Victoire era fuerte, su fuerza no era comparable con la de un hombre, menos con un hombre como él, que practicaba deportes a diario. Era el hecho de que esos mismo niños que intimidó lo vieran siendo dominado por una rubia desabrida lo que le molestaba.
Pero bastó que ella bajara la guardia y lo soltara para que James tomara la misma manos que lo tenía cautivo y y la levantara en el aire junto con la otra mano de la chica y pegara a esta contra la pared.- Primera lección amados sirvientes de palacio y plebeyos.- comienza, alardeando frente a los pequeños que ahora se acercaban a mirar. Su mirada choca con la de su prima y era obvio que sacaban chispas.- Es historia que un Slytherin jamás va a ganarle a un Gryffindor....- Entonces toma las muñecas de la joven y las deja tras la espalda de ella, juntas, como si estuviera por llevarla presa.- Menos va a ganarle a James potter.....- Y sin más agita su varita y aparecen unas cuerdas que atan a la rubia.- Así que hay que enseñarle a la serpiente a tocar al rey .- lo ultimo lo susurra cerca, muerca de ella. Aunque sabe que no al intimida en lo más minimo, pero le advierte.

Definitivamente no se esperaba aquel golpe bajo, pero no se quedaría sin hacer nada mientras dejaba que alardeara libremente como si fuera el dueño de allí. Aunque, ahora estaba sin posibilidad alguna de hacerle o devolvérsela, ya que sus manos se encontraban inmóviles debido a la atadura, y no podía deshacer aquello a menos que él lo hiciera.

En su mente, jura y re jura que se las pagaría, no con maldad de enemigos, no para nada. Sólo con maldad de primos, de primos enemigos, de Slytherin y Gryffindor, de aquella constante y legendaria guerra, que ellos se encargarían de seguir.

Su mirada y la del moreno estaban en plena batalla, él no la intimidaba en lo absoluto, ya que lo conocía, y sabía que Potter tenía bien en claro quien era Victoire Weasley, ninguna plebeya, ningúna callada. No le gustaba que la pasaran por arriba ni se quedaba con la palabra en la boca, nunca.

- Mira, novato.. ¿Necesitas magia para retener a una mujer porque no puedes con tu propia "fuerza" y pretendes enseñarles alguna de tus patéticas lecciones? - Se rie con sorna luego de decir esto, realmente su primo si que era inocente. - Por favor, no me hagas reir y deja el show, sabes que no eres nadie sin él.. - ¿James sin espectáculo? No lo creo.

Déjame ver.....soy el capitán del equipo de Quidditch, que por cierto les patea el trasero al tuyo. Tengo dinero, soy guapo, buen amante y bastante buen mago. Soy tan buen partido que hasta podría quitarte el novio. Claro, en el caso hipotético de que me gustaran los hombres, y en el otro caso hipotético de que tu tuvieras alguna vez uno.- Sagaz e hiriente sin medirse. James tenía tantas cualidades de las serpientes que parecía increíble que no estuviera en Slytherin en vez de Gryffindor. Pero las cosas eran por algo.

Por cierto, ¿para que usar la fuerza bruta cuando está la magia?. Además está ese estúpido cliché de no golpear ni tocar a las mujeres. Y eres mi prima y todo eso y no quiero que Ginevra me moleste cuando vayas corriendo donde Tía Fleur o donde Albus a contarle lo idiota que es tu primo y lo mal que te trató...- Agita y su varita y la suelta, aburrido al aprecer. Ya no se le hacia gracioso molestarla. Había gente tan amargada que prefería no tratar con ella. Arruinaban su buen humor.- En todo caso creo que aunque te amordace no podría quitarte toda la estúpida amargura que llevas, me arruinas el día y me aburres.- Murmura, como si ya no valiera la pena jugar ese juego. Ahora tan solo espera que ella le tire un hechizo o lo golpee o intente bajarle los humos como usualmente lo hace. No le teme, sabe lo que viene.