Almuerzo.

Entra en el Gran Comedor, sonriendo. Uno de los mejores momentos del día era el almuerzo, la pausa más larga entre clase y clase, en donde podías relajarte y dejar de pensar en las materias que próximamente le tocaran en breves. Se sienta en un banco solitario de su mesa y comienza a servirse comida.

Entra al gran comedor observando las cuatro mesas, las cuales estaban casi vacías. Suspira leve y va hacia su mesa.

Ve como se acerca su prima Victoire.- Hola Vic.-La saluda mientras se sirve zumo de calabaza.

Escucha a alguien saludarla, observa a su primo Albus. Sonríe de lado y se sienta al lado de él. -Hola Al- saluda.

Se sirve un poco de patatas en su plato. - ¿Qué tal todo?- Le pregunta con una sonrisa.

-Bien, todo bien- dice, sencilla. Toma unas tostadas y un poco de jugo de calabaza. -¿Tú?-

- Estupendo.-Le responde, llevandose un trozo de patata a la boca.

-Me alegro- dice, mordiendo su tostada. Traga lenta y bebe un poco de su bebida.

- Bueno, ¿piensas hacer algo para recordar este último año?-Le sonríe, jugando con un trozo de verdura en su plato.

-Puede que tenga algunas cositas en mente- sonrió de lado, mientras seguía con su comida.

- Cuéntameeeee.- Le pide, niño. Se olvida de su comida.

-No, no. Luego, después- dice, divertida. Se esperaba eso.

Pucherea, cruzándose de brazos.- Por favooooor, Victoireeee.

-No Albus, luego- ríe, divertida.

- ¡Pues yo no te contaré nada de lo que haré este año!-Le saca la lengua, crío. Vuelve a jugar con la comida de su plato.

-No me cuentes, tengo mis maneras de averiguarlo- sonríe, misteriosa. Sigue con su comida.

- Tramposa…-Murmura. Se lleva un trozo de carne a la boca.

-No, astuta que es distinto- dijo sonriendo.

- ¿Qué haces aquí entonces?-Sonríe de lado.- La mesa de las serpientes esta allí.-Le dice, señalando la mesa del fondo.

-Porque, aunque no lo creas, soy una leal Gryffindor- dijo con orgullo.

- Y yo soy el más trabajador de los Hufflepuffs.-Se burla, divertido.

-¡Albus!- lo regaña, sonriendo. -No te burles-

- No me burlo.-Dice, sonriendo inocentemente.

-Claro claro, señor inocencia- dice riendo.

Se ríe entre dientes y le lanza un trozo de patata.