Haz creado un angel verde y gris que se pasea de noche, pero no lo puedes ver ♪

- ¿Algo más? - Pregunta después de escucharlo, notablemente cortante, sabiendo esto y haciendolo a propósito, cria.

La fulmina, cortante y frío. Pero completamente furioso e hirviente por dentro. Se mete en aquella estúpida tina, intentado calmarse por los actos que ella hace.

Arquea ambas cejas, ¿Arrogante? Por más minimo que sea, esa no es Rose Weasley, o definitivamente es otro lado de ella.

Se acomoda allí dentro, en un intento de tranquilizarse. ¿Cómo puede ser que Rose le dijiera eso cuando el sólo busca...? - Mierda.. - Susurra, inentendible.

Se acomoda, dándole la espalda. No puede seguir como está siendo actualmente, al menos no con el por mucho tiempo, simplemente no es parte de ella. Mira el piso, ida.

Suspira, no sabe a quién hecharle la culpa, si a él por no ser claro, o a ella por no contestarle lo poco que sabe. - Qué te sucede? - Le pregunta, sin inmutarse.

- Nada.. - Murmura. No cree el momento conveniente para hablar de ella ahora, ya que ni siquiera sabe que es lo que le sucede. Se abraza a sus rodillas, cria.

Ladea el rostro, buscandola con la mirada. - Ven. - Le pide, desde su lugar. El cabello se le corre cuando mueve su rostro, tapandole los ojos apenas.

Se muerde el labio inferior, dudosa si hacerle caso o no. Se decide por acercarse, pero lo justo y necesario entre ellos dos.

- ¿Por qué dijiste lo que dijiste? - Cuestiona, a tientas de que fue una tontería.

- ¿Qué dije? - Pregunta serena. Dijo tantas cosas, que ya no recuerda cuál le molestó más a el.

Rueda los ojos. - El "Algo más" cortante. No te interesa saber la razón por la cual te hize venir, cierto? - Cuestiona, con la vista en ella.

- Si me interesa, sino, no estaría aquí - Contesta lógica, ahora sí, calma como antes.

No la escucha, él cree que a ella no le importa. - Sabes Rose, hagamos esto. Tengamos sexo en esta misma tina y dejemonos de tonterías. - Susurra, mirandola con impaciencia. Es lo único que hacián para él, y de eso mismo quería hablar con ella ese día. Esta harto de todo eso, él no se conforma con hacerla suya por el simple placer.

Si no fuera porque él es quien es, lo hubiera abofeteado en ese mismo instante por lo ofendida que se sintió al escuchar esas palabras. Frunce el ceño. - No soy tu juguete sexual, que te quede claro, Malfoy - Aclara.

Se golpea la frente, comenzando a ponerse nervioso. - Tú crees que a estas alturas te usaría de juguete sexual? - Pregunta, con el ceño fruncido. - Para eso tengo a Brooke.. - Murmura, rodando los ojos.

Levanta la mano, pero se detiene a la mitad. No va a dejarse llevar por estúpidos impulsos, no otra vez. Suspira pesado. - ¿Entonces? -

Se rie divertido, gamberro. Necesita un poco de distracción en medio de todo el melodrama. - Celosa Weasley? - Pregunta, acercandose a ella como puede.

No va a caer en su juego otra vez, no es cuestión de que él le restriegue con todas las mujeres con las que está, y ella tenga que estar siempre celosa, no. Lo deja acercarse.

- Te dije que vine, porque me importaba lo que tenías que decirme. Podría estar acostandome con Lorcan ahora mismo, así que habla, Scorpius - Murmura con total sinceridad, excepto en una parte. Es tan sencilla y serena, que parece que lo dice de verdad.

Se da la vuelta, alejandola de él. Es un niño cuando quiere, y odia que le hable de Lorcan. No habla más, y sí, es un celoso.

Sonríe con suficiencia, frunce los labios tenuemente. Se acerca donde él está. - ¿Celoso Malfoy? - Repite, hablándole al oído, suave. No pretende nada.

No contesta, porque ella ya sabe que si es así. - Estoy pensando seriamente en ir en busca de Brooke. - Contesta serio.

- Brooke... - Susurra, pasiva. Piensa unos segundos. - Probablemente ya haya encontrado otra cama que ocupar.. - Asegura, paseando sus dedos de la mano derecha por su espalda, inconciente de esto.

- No encontrará una como la mía, y creo que lo sabes. - Arrogante desde el punto más interior de su ser.

- Creo, que no dudo eso. Pero si tu te vas con Brooke, sabes tranquilamente que me iré con Lorcan, y comenzará todo ese inútil juego de celos - Murmura convencida, sin saber como es ella quien dice eso. Sigue con sus juegos en su espalda, calma.