Me gusta la jooda, me gusta el bochinchee (8)

Llegan finalmente la tienda, discutiendo cosas insignificantes en el camino. Como siempre. Aún no entiende porqué la lleva a ese lugar.

-Te dije que no te voy a decir.. - Murmura, estirando el cuello para encontrar el lugar. Le roba un beso al llegar, mientras abre la puerta de Madame Malkin.

- No.. entres en mi mente - Reprocha en sus labios. Entran en el local, cerrando la puerta detrás de ambos.

Rie ante aquello, mirando todos los vestidos del stand, claro que los cortos, para luego relamerse los labios imaginandola en ellos.

Observa los vestidos detallista. Se fija en un par en especial, tranquila.

Recarga su cabeza en el hombro de ella, abrazandola por detrás. Mira donde Rose, y sonrie de lado, gamberro. - Pruebatelos.. - Insiste, más bien ordenando.

- Como digaas - Canturrea sonriendo de lado. No puede negarle eso. Es orgullosa, pero también es mujer, y las compras, son otra adicción.

Una de las mujeres que atendían allí, le buscan los vestidos indicados y pedidos, mientras que él solo se babosea interiormente.

La guían hasta el probador, entra y observa una vez más los vestidos. - No me tardo.. - Le avisa antes de entrar, en parte mentira.

Se recarga en la pared que estaba junto al probador, cruzado de brazos, muy impaciente.

Se desviste con un movimiento de su varita, comienza a probarse uno de los vestidos. El azul, más especifica. Sale del probador. - ¿Qué tal? -

Esta punto de abrir la boca, o más bien la de ella, cuando la chica de antes viene a preguntar como le quedó - Sólo mirala.. - Dice impaciente, obvio. Queriendo que se valla.

Ríe suave, despacio, con las mejillas levemente encendidas. Está en una postura bien derecha, elegante, lo cual remarca más su cuerpo.

-Creo que.. dejame ver - Sonrió la chica, dispuesta a ayudarla con el cierre no del todo arriba.

-No, yo la ayudo.. - Musita, encerrando en su mente quien sabe que cosas. La adentra suave en el probador, cerrando la puerta detrás de él. La recarga contra la pared, colocandose sobre ella. La besa intenso, deseoso.

Ahora sí que se sorprende ante su acción, aunque tendría que haber pensado que Scorpius Malfoy no la llevaría a comprar ropa solo porque le gustaba esperarla.
Sonrie en sus labios, correspondiendole casi de la misma manera.

Baja por su cuello, un poco más abajo. Entreteniendose cerca del provocativo escote del vestido. Jadeá en aquella parte de su cuerpo, obligandose a respirar así.

- Scorpius.. - Susurra ladeando su cuello, por instinto. No le parece el lugar apropiado, para nada.

-Ahm.. - Susurra, entretenido allí. No se preocupa mucho por el cuidado del vestido. Desliza sus manos a sus piernas, acariciandolas por encima del corto vestido.

Siente estremecerce ante sus caricias. - No es.. el lugar.. - Susurra entrecortado, mordiendose el labio.

Juega con su caricias y sus manos, ya subiendo el vestido más arriba. - Y a mi qué con.. - No llega a terminar la oración, al momento en el que, de nuevo, la molesta con la pregunta del "Cómo le quedó el vestido?". La diferencia es que antes, no profanaba jadeos de ella, acariciando su entrepierna.

Se muerde fuerte el labio, jadeante. No puede negar que en parte tiene ciertos nervios a que los descubran y quede totalmente avergonzada, pero por otra parte quiere continuar. - Puede... entrar alguien - Susurra pausado.

-Ya.. salimos.. - Le grita a la chica desde allí, pausandose solo, para reprimir uno que otro jadeo. - Eso que tiene.. - Susurra, solo a ella, rebuscandose para quitarle el vestido.

Genial, el tiene la última palabra esta vez. Lo ayuda para quitarse el vestido, respirando más agitada, acalorada.

La chica comienza a tocar la puerta, - Pudieron? - Insiste.

Murmura insultos bajos, quejoso. Pero no la dejaría, y menos en una oportunidad allí. Observa su ropa interior, negra y de encaje, como a él le gustaba.

- Scorpius.. - Susurra, solo para que él la escuchara. La pone nerviosa el simple hecho de que alguien entre. Aprieta los labios, conteniendose.