Cumpliendo ~

No le gustaba eso de escribir cartas ¡y menos cuando estaban las computadoras! Pero su madre prefería las cartas a "los aparatos esos" como decía ella. Subió hasta la torre de la lechucería buscando a Eragon, su lechuza.

Se había vuelto un habito para ella ir a aquel lugar. Su padre insistía en que le escribiera día por medio, por lo que estaba acabando de dictarle a su Pluma a Vuela pluma un “estoy bien, ya no te preocupes. Lily”
Se paro en la entrada de la lechuceria y examino la carta una vez más antes de enrollarla.

La carta la llevaba dentro de la chaqueta mientras sus manos estaban dentro de los bolsillos de la misma. Observó una cabellera roja en la entrada de la torre, sonrió de lado reconociéndola al instante y besó su mejilla a modo de saludo.

-¡Jackson! – Sonrió niña, abrazándolo. Dejando caer su carta al suelo sin darse cuenta.

- Hola pequeña - saludó a la pelirroja, envolviéndola con sus brazos.

-¿Cómo estas? – Pregunto, contenta. Frunció el ceño al ver su carta en el piso y se agacho para recogerla, a veces era taaan despistada.

- Bien, más ahora que te veo pequeña - dijo, tierno. Acostumbraba a ser así con sus mejores amigas, en este caso con ella. - ¿Y tú? ¿Cómo ha estado tu día?

-En lo que va de el, muy bien. – Le sonríe - ¿Enviando una carta a casa? – Pregunto divertida.

- Sí, mi madre insiste en este método de comunicación, a pesar de que existen cosas más rápidas - suspira, negando leve con la cabeza. - Y tú estás en lo mismo, ¿no? . dijo observando su carta.

Asiente – Mis padres son capaces de enviar al ejercito se no les respondo – Rodo los ojos – A veces exageran demasiado.

- Bueno, se preocupan por ti - dijo, sencillo.

-Lo sé – Suspira – ¿Viste a Preent? – Pregunta, refiriéndose a su lechuza, recorriendo el lugar con la mirada.

- No, yo mas bien busco a Eragon, no sé que se hizo - dijo recorriendo el lugar, buscando su lechuza.

-Allí – Señalo sonriendo al ver a ambas lechuzas posadas en una de las esquinas de la habitación, sobre un estante.

- Aquí estás - dijo, llendo hacia la lechuza. Amarró la carta en su pata. - Llévale esto a mamá - le dijo.

La lechuza, tan blanca como la nieve se poso en su brazo. Ato la carta a una de sus patas con firmeza. Acaricio sus suaves plumas antes de dejarla salir por una de las ventanas, después de murmurarle un “llévala a casa”.

Acarició la cabeza de la lechuza, la cual salió volando del lugar unos segundos después. Se acercó a la ventana siguiendo con la mirada a su mascota.

Se para a su lado - ¿Y bien? ¿Ya decidiste con cual de tus acosadoras llevaras al baile? – Pregunto, riendo.

- No, aún no. Dichas acosadoras no han mencionado nada del baile y me gustaría estar disponible - comentó, sencillo. - Pero, creo que tendré tiempo para bailar contigo - sonrió.

-Te advierto que soy capaz de golpearlas para que me dejen bailar contigo. - Lo mira divertida, apoyándose de espaldas contra el alfeizar de la ventana.

- Celosa la niña, ¿eh? - rió, divertido, observándola.

-No, yo solo quiero un baile, luego podrás hacer lo que quieras con tus acosadoras. – Sonríe de lado.

- Esa idea suena tentadora - sonrió de lado.

Rueda los ojos – Como quieras. Solo no quiero detalles. – Ríe entre dientes.

- No te preocupes, no te daré detalles. Con el simple hecho de que lo pienses es suficiente - dijo riendo.