Rose Weasley, interna. Causa: Celos.

Maldita, maldita, maldita Brooke. Jamás volvería a pisar la sala de Slytherin si no implicaba asesinarla de un maldito hechizo. Si ella era mejor en magia que la rubia!

Suspira pesado, recostada en esa incómoda cama. No sabe que hacer, no tiene muchas opciones tampoco, y para colmo, casi nadie sabía que estaba allí.

Apenas se había enterado había casi corrido hasta la enfermeria. A primer instancia había dudado en ir primero donde Brooke, pero Rose era más importante.
- No puede pasar. - Le dijo una enfermera, deteniendolo en la puerta. - Mireme. - Contesto secamente él, para luego inmovilizarla y entrar.

Todo su cuerpo le arde, y le averguenza estar como está. Intenta levantarse haciendo algo de fuerza, incapaz. Se queja.

La ve en una de las ultimas camillas, acercandose a esta a zancadas. - Rose. - Exclama, sentandose a su lado. Tomando su mano suavemente. Atolondrado.

Hace una mueca cuando toma su mano, pucherea leve cuando lo ve a su lado ahora. - Scorp..- Murmura, completamente pequeña, vulnerable.

La mira un momento, con asco en los ojos. No por ella. si no por Brooke.
- Voy a matarla. - Susurra, la suya sería la peor venganza. - Hermosa, que te hizo? Qué te duele?

No lo mira, ni le responde con palabras. Solo se destapa a medias y se cubre unos minutos después, para mostrarle las heridas que tiene en su cuerpo. No tenía la más minima idea de que la rubia fuera así, casi como ella.

Tensa la mandíbula, se levanta de la silla furioso. No suelta su mano. Aquella rubia era todo lo contrario a lo que él pensaba. Una completa serpiente de modelo.

Aprieta un poco su mano, lo que tiene permitido. - No vayas, es lo que ella quiere.. - Susurra pasiva, demasiado cariñosa o sensible en ese momento.

- Lo quiera o no, la mataré. - Gruñe, mirando la puerta de la enfermería. Vuelve su vista ella, observandola con cariño. Tranquilizandose de a poco. - Me quedaré. - Determina, besando su frente, muy suave.

- Scorpius.., tienes que ir a clase, descansar en tu Sala Común, y más cosas.. - No quiere ser una molestia, mucho menos para el.

Enarca una ceja, con una sonrisa al ver su preocupación. - Nunca voy a clases, prefiero estar contigo miles de veces que ir a la Sala Común y no hay nada más que discutir. - Contesta, con un deje de diversión inocente en la voz.

- Pero ya estoy bien, y ... - Suspira pesado, no tiene más excusas ni puede buscarlas ahora. Se voltea, ya es un hábito. Le duele, pero se aguanta. - No quiero que me veas así - Susurra, cria.

Rueda los ojos, para luego suspirar. - Sabias que cuando alguien da la espalda, tiene miedo a enfrentar cosas. - Murmura, ella sabe bien que a él no le molesta en lo más minimo su estado. - Tienes miedo de enfrentarme, o algo por el estilo?

- No. Pero estoy horrible, tu lo sabes.. - Tiene horrendos cambios de humor ultimamente, y no sabe porque demonios es. Piensa en Brooke, quiere ahorcarla a la antigua ahora mismo, no solo por lo que le hizo, sino por como dejo su no-perfecto cuerpo. -Tengo que buscarla.. - Musita, intentando levantarse de su lugar.

Vuelva a acomodarla como puede. - Tú, te quedas aquí. Yo me encargaré luego del pollo mal teñido. - La burla, con una sonrisa en su rostro. Se acomoda a su lado, tranquilo. - Y no estas horrible, eres siempre igual de hermosa. Y no cambiará. - Son demasiadas sensibilerias para él.

Se sonroja levemente, inevitable. - Te amo, Scorpius.. - Susurra pasiva. - Y ahora estoy despierta.. - Avisa, solo por si acaso.

- Rose, Rose, sé que me amas desde que me conoces, ni tienes que decirlo. - Bueno, ese era el Malfoy que todos conocian, el que mayor parte de tiempo estaba. Tapando al tierno Scorpius que sólo ella conocía.

- No voy a repetirlo - Le avisa, parece una amenaza, pero su pequeña y divertida sonrisa evitan esa impresión.

- Pero tu mente lo dice tooodo el tiempo. - Canturrea, profundo. Acaricia su cabello, sentado a su lado.

- No me respondiste.. - Pucherea apenas notorio, vulnerable.

- No me haz preguntado nada. - Contesta astuto, con una sonrisa gamberra. Mira a su alrededor, a la enfermera inmovilizada en la puerta. Ganaría puntos de menos por eso.

Se abraza a el, pero no le contesta. Solo se acurruca en sus brazos, sin prestarle atencion a nadie.

La estrecha contra él, con cuidado y suavidad. Cuidandola. - Tambien te amo, pecas. - Susurra-

- Pecas noo - Se queja, infantil, en un susurro. Cierra sus ojos, cálida.