Got to ask yourself the question, Where are you now?

- Basta! Los dos.. - Murmura, poniéndose entremedio de ambos, de espaldas a Scorpius.

- Rose. - Susurra, con su vista en ella ahora. El labio inferior le sangra, mientras que su mano apreta con fuerza la varita, dispuesto a maldecir a Scorpius si es necesario.

- Rose, correte. - Susurra, en el oido de ella. Sin intención alguna. Con una respiración entrecortada, cargada de furia.
No se sienta más debil por la carencia de varita, va a molerlo a golpes.

Niega con su cabeza, en respuesta a los dos. Se mantiene firme donde está, no va a moverse de allí. - Baja tu varita, Lorcan - Le pide, serena.

La tambalea en su mano, porque no va a sortarla. - Scorpius tiene razón, no es asunto tuyo. - Ahora el pelinegro entendía todo, maldita serpiente vertiginosa.

- Claro que tengo razón, ¿Te extraña? - Siempre egocentrico y competitivo, aún en momentos de ofuscación. Toma a Rose de la mano, haciendo que volteé a verlo. - Sabes que voy a matarlo, porque no me acortas el acto? - Susurra, con esa voz masculina y llena de seguridad.

- No se peleen ahora, porfavor - Murmura hablandole a los dos, mirándolos de reojo, a Lorcan cuando voltea de vez en cuando, sin estar firme en una posición.

Se levanta de su lugar en el momento en el que Rose no le mira. La empuja con suavidad, llevandola a una distancia considerable. - Depulso! - Exclama, empujandoa Scorpius del otro lado de la sala.

- Ro.. - Esta a punto de ir por Rose, ¿Cómo se atrevía a empujarla? Pero lo interrumpe con su hechizo. Cierra los ojos, en el momento en que el choca contra la pared, y cae al piso, completamente desplomado.

- Scorpius.. ! - Musita al verlo caer, no sabe que hacer. Rápidamente sus ojos se humedecen, por primera vez en muchos años, va a llorar delante de alguien si mal no recuerda.

Mira a Scorpius desde su lugar, y ve que no reacciona. Desvía la mirada a Rose cuando habla. - Yo, lo siento.. - Musita, sin saber que decir.

Le hace caso omiso a Lorcan, se acerca rápidamente a Scorpius, arrodillándose para quedar a su altura. - Scor.. - Murmura, llamándolo para que reaccione. Su varita.. estaba tirada en algun lugar de allí.

No reacciona, su cabeza había golpeado con la pared demasiado fuerte. Respira, dificultosamente lo hace. Es como si no la escuchara, y no tuviera fuerza para abrir los ojos.

Acomoda la cabeza del rubio en sus piernas, arrodillada. - Scorpius... - Lo llama una vez más con voz entrecortada, y su labio inferior temblando ligeramente.

- Rose yo.. - No sabe que decir, y sabe que lo mejor es irse. Pero no la puede dejar allí.

- Vete Lorcan - Musita cortante, su voz notablemente forzada. Lleva su mano a la mejilla de SU rubio, acariciándolo suave, mimándolo. No va a despertar así, y lo sabe. Pero cuando Lorcan se fuera, se encargaría de ir con él a la enfermería.

Le hace caso, sale de allí. Si, tal vez era un cobarde, tal vez no debería haberlo hecho.

Aprieta los ojos, apenas notorio. Cierra sus puños, temblando. Aún no puede moverse mucho ni abrir los ojos.

- Tengo que llevarte a la enfermería..- Musita, sabe o cree que él la escucha. Se levanta, levantándolo junto con el con un enorme esfuerzo. Pasa su brazo por su hombro, lo sostiene con una mano pasándola por detrás de su cintura. Sabe que le va a costar, pero tiene que llevarlo urgente.

- Ro.. Rose... - Susurra, la palabra enfermería lo saca de sus casillas. Y más el sentir que ella tiene que llevarlo. Puede sentirla, sabe que es ella. Tiensa su labios, negando en un sólo y lento movimiento.

Avanza unos pocos pasos, como puede con él. - Scorpius... no hables - Le pide con suavidad, con calidez.

Va tanteando con sus manos torpemente mientras camina con ella. Se detiene, en cuanto cree haber encontrado el sillón.

Suspira pesado, lo acompaña más cerca del sofá, sentándolo ahí, para que se acomode a su gusto, como pueda. Es sumamente cuidadosa.

Estira una mano, como puede. Aún no abre los ojos. - Rose.. - La llama. Esta furioso consigo mismo, parece tan debil allí, él odia parecer debil.

Toma su mano, transmitiéndole la poca calma que tiene. - Estoy aquí.. - Susurra compañera, preocupada.