Got to ask yourself the question, Where are you now?

Hace un rato estaba esperando a Rose allí, ese día sería importante para él. Para él sería un día definitivo, y no le importaba nada más que ella ahora.

Raramente es puntual otra vez, y se da cuenta de ello cuando se cierra la puerta de la sala detrás de ella. Le sonrie a Lorcan, observándolo allí. Se acerca, serena.

Se da vuelta al escuchar la puerta. - Rose.. - Saluda, con su voz simpatica y amena. Camina hasta ella, y la abraza fuerte, dejando un beso en su mejilla.

- Looorcan - Lo saluda niña, como es contadas veces con el. No se sorprende ante su acción, pero si le extraña apenas un poco. Cosa que oculta a la perfección, correspondiéndole.

- Como haz estado? Hace mucho no te veía. ¿Dónde estabas? - Cuestiona todo rápido, la toma de la mano. Llevandola a un sillon que habia en la sala.

Se ríe suave por la rapidez de sus palabras, lo sigue, dejándose guiar. - Bien, solo.. estuve un poco ocupada con las clases y esas cosas - Explica tranquila, sentándose en el sillón con delicadeza. Nadie sabía lo de Scorpius y ella, y nadie iba a saberlo.

Se encoje de hombros, una vez que estan sentados. Aún no suelta su mano, por el simple hecho de perder su contacto. - Puedo hacerte una pregunta?

- Por supuesto, ¿Qué sucede? - Lo anima con esa calidez que le provoca tranquilidad a cualquiera.

- Por qué desapareciste, dejandome como un idiota? - Pregunta, mirandola. Y es que cada momento sin ella, algo estaba mal.

Frunce el ceño levemente, desentendida. - ¿Porqué.. lo dices? - Pregunta, sin caer demasiado en el asunto.

- No hablo de ahora, hablo de un tiempo atrás. - Él se refiere a cuando rompieron, cuando dejaron de ser novios. Cuando el quizo tirar todo por la ventana.

Asiente solo una vez, despacio. - Lorcan, yo... lo siento - Se disculpa apenada. Ahora ella ama a otra persona, y le duele no poder decirselo. Más le dolió cuando rompieron, pero pensó que ella había sido la única afectada con el tema.

- No debes sentirlo, - Musita, acercandose a ella. Y es que el cree que aún es de él, que nadie se la va a sacar. Que no es de nadie más. Lleva una mano a su mejilla, sonriendo de lado. - Yo quiero que seas mía de nuevo. - Susurra, antes de hundirse en sus labios, con pasión amorosa.

Había seguido a Rose, porque nadie le decía que no a Scorpius Malfoy. Enarca una ceja cuando la ve entrar a la sala de menesteres, si supuestamente iba a verse con Lorcan, eso no era bueno. ¿Qué las mujeres no entendían que si los hombres las invitan a ese lugar, tienen otras intenciones? Bueno, él lo sabía por experto.
Se queda en la puerta, escuchando la conversación, rojo de celos.

No sabe que hacer ante esa acción y sus palabras, no reacciona. Le corresponde, error, ya que con eso solo lo ilusionaría falsamente. - Lorcan... no.. - Murmura entrecortado, en sus labios.

No le da tiempo a hablar, interrumpiendola en un beso intenso. Se recuesta sobre ella, acariciando su cintura con suavidad, con amor. Besa su cuello suave, a tiempo de ella. Ahoga un jadeo, es su contacto que lo mata.

Frunce los labios al escuchar aquellos ruidos. Rose ERA de él, y de nadie más, y Lorcan lo pagaría. La puerta empieza a desaparecer, la abre de un golpe, rapido. Se queda en la puerta, mirandolo con odio. Camina dónde él a paso agresivo, va a matarlo en ese mismo instante.

No puede dejarse llevar ahora, sería increíblemente yegua si lo hiciera. Ladea su cuello por su instinto, dejando sus ojos cerrados. Entrabre sus ojos para detener todo ahí mismo, pero un jadeo suave escapa de su garganta.

Abre sus ojos al escuchar los pasos fuertes, de alguien que se acerca. Tiene un muy malo, acertado e inoportuno presentimiento de saber quién es.

Levanta la mirada, confuso por la interrupción. - Scorpius? - Susurra, frunciendo el ceño, ¿Qué hacía él aquí?

Toma a Lorcan de la camisa, quitandolo de encima de ella, bruto. - Qué mierda crees que haces? - Le pregunta, mirandolo en el suelo, con los labios apretados. No tiene varita, más no le importa.

Mira la escena desde donde está, incorporandose, pero aún en ese sillón. Su respiración de agita levemente, nerviosa. No sabe que decir.

- A mi? Qué mierda te pasa a ti Scorpius? - Musita, incoporandose. Estupefacto por la actitud de su amigo.

Vuelve a patearlo, dejandolo en el piso de nuevo. - Vuelve a tocarla, y mueres. - Susurra, con una sonrisa fría.

- Scorpius, déjalo! - Le pide levantándose, para realizar un vano intento de que no comiencen con una pelea, para nada insignificante.

Vuelve a caer en el piso, en un mal movimiento cae de boca contra el piso, comenzando a sangrar. Se incorpora como puede, sacando su varita y apuntandole.